La desesperación de los Rebeldes por la estrella de la muerte se hace palpable en Rogue One.
Por fin llegó el 15 de Diciembre 2016 y (como no) fuimos al estreno de una de las películas más esperadas de estas navidades, Rogue One, cinta que se desvincula de los anteriores episodios siendo una misión más de los rebeldes contra el temido imperio y que sirve de nexo entre el Episodio III y el IV. La película, a priori, pintaba extremadamente bien y el resultado final no ha sido decepcionante pero sí que no ha sido todo lo redondo que cabía esperar.
- La dirección de Gareth Edwards ha sido impecable, tanto en escenas de acción (batallas terrestres y navales) como en diálogos imprescindibles para entender la obsesión de los rebeldes con la Estrella de la Muerte.
- Los actores en pantalla están correctos pero hay que hacer mención a la poca química entre sus dos protagonistas, Felicity Jones y Diego Luna. No es que lo hagan mal, pero entre ellos falta empatía y eso se nota. Ben Mendelsohn hace el papel de su vida como Orson Krennic.
- Sabemos que el 90% de los personajes son nuevos y necesitan una introducción pero el espectador no les tiene cariño y eso se traduce en una falta de sentimiento en toda la película. ¿Se solucionará esto con varios visionados? Puede ser.
- Ni un "pero" en cuanto a estética (muy fiel a los antiguos episodios IV, V y VI) mostrándonos una enrome cantidad de nuevas naves, planetas y la idiosincrasia de cada uno de ellos; todo ésto acompañado por unos efectos especiales de quitarse el sombrero tanto en los realizados por ordenador como por los animatronics usados. La cinta viene acompañada por una B.S.O. de Michael Giacchino que no está a la altura. En Star Trek Michael brillaba y te ponía la piel de gallina con sus acordes pero en Star Wars es más un imitador que otra cosa, una lástima.
- La primera mitad de la película se puede hacer algo tediosa y el espectador puede sentir que la historia no rinde como debería, cosa que se soluciona en su segunda mitad donde todo lo que ocurre gusta llegando a niveles de obra maestra en muchos momentos. Puntualizar que su guión pese a ser previsible está interesante.
CONCLUSIÓN: Rogue One gusta en términos generales, de eso no cabe duda, situándose más cerca de la antigua trilogía de Star Wars que de la nueva episodio VII. En ella encontramos una primera parte plana que se compensa con una recta final grandiosa haciendo así que el espectador tenga un sabor agridulce al salir de la sala de cine. A muchos Rogue One contentará y a otros tantos hará sentir una falta de sentimiento imperdonable. Lo que queda claro es que Disney ha puesto su empeño en no defraudar a ningún fan de la saga, cosa que parece haber conseguido.
PD: Sigo sin entender como Disney y todo su marketing en general se empeñan en vender Star Wars como una película infantil. Si las anteriores entregas sólo son infantiles/familiares en momentos puntuales, Rogue One se desvincula totalmente, no por su violencia sino por su temática y la seriedad de su guión.
PD: Sigo sin entender como Disney y todo su marketing en general se empeñan en vender Star Wars como una película infantil. Si las anteriores entregas sólo son infantiles/familiares en momentos puntuales, Rogue One se desvincula totalmente, no por su violencia sino por su temática y la seriedad de su guión.
NOTA: 7,10/10